miércoles, 18 de noviembre de 2009

PAPEL DE LA EDUCACION

EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES COMO UNA HERRAMIENTA DE CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA SOCIEDAD CON PAZ Y JUSTICIA SOCIAL.

Hoy nos reúne una gran tarea, la tarea de sentarnos a dialogar, a discutir, a debatir y mucho más importante aun, a proponer una salida política al conflicto social y armado que vive nuestro país.

Estamos aquí reunidas organizaciones populares y sociales de todo tipo, las hay gremiales, políticas y las hay independientes. Estamos al lado de sujetos, cuyas experiencias quizá conocemos y/o compartimos, pero es hoy, que sentados a su lado nos pensamos propuestas para la misma salida política de manera coordinada. Sentadas unas al lado de los otros, con las diferencias a flor de piel. Diferencias que no nos han arrojado a la desesperada violencia, porque hemos hallado en este Encuentro un espacio para el diálogo y el debate, para la crítica y la discusión, para los acuerdos y los consensos.

Y es que entendemos que los escenarios de diálogo y de participación amplia son los que permiten que avancemos en la construcción de esa Colombia nueva sin violencia. Que estemos aquí cada uno con nuestros intereses propios, haciéndole apuestas a la paz, ha de ser una razón de regocijo. ¿Qué hay intereses propios dije? Caramba, ¡si los hay! Y eso es parte de este diálogo, de entender que como nosotros, otros tienen sus intereses; y que esos intereses están enmarcados en la paz con justicia social y la solución política y negociada al conflicto.

Reconocer que como nosotros hay otros que quieren participar, entender que hay diferencias, y que no nos violentamos anulándonos, sino que nos enriquecemos reconociéndonos como agentes protagonistas del cambio; que se necesitan esas diferencias para lograr acuerdos, y que es ahí donde está la democracia, es la primera tarea de esta jornada.

La segunda será entonces, entender que las diferencias y los intereses están atados a la razón misma de los movimientos sociales. Quiero decir con esto que cada movimiento social, es fundamentalmente un movimiento, un cambio, una transformación; es esencialmente una experiencia. Experiencia que surge de una situación, y toda situación es distinta dependiendo de un lugar y una historia. Es decir que cada movimiento social, tiene sus características particulares. Y la propuesta de la construcción de paz, o por decirlo más claro, los argumentos de cada organización y sus aportes a este debate y a esta propuesta, deben ser coherentes con su historia, su contexto y su localidad; y deben apuntar a una paz duradera y funcional a sus prácticas cotidianas. Eso, si queremos que sea duradera (y creo que vale la pena). Campos, barrios y universidades necesitamos paz, queremos paz, y la construimos diferente.

Y en cada movimiento social, por ser movimiento y por ser social, existen relaciones con otras personas y con nuestros entornos, personas y situaciones de las que aprendemos y donde puede notarse un constante proceso educativo. Sea como sea, en cada experiencia existe aprendizaje. Aprender cómo funciona esto o lo otro, aprehender las experiencias de otros para nosotros mismos. Estamos todo el tiempo en un constante proceso de educación para nuestra vida, nuestro trabajo y nuestras prácticas. Aprendemos como construir paz, como caminar un mejor camino que el que estamos caminando, como corregir la marcha y levantarse después de un tropezón. Eso es educación. Es de esta manera como se evidencia una fuerte relación entre la educación y los movimientos sociales, reivindicando la educación como un proceso que busca promover el cambio social; como dijo Freire, toda practica política es educativa, así como la practica educativa es política. Y es que la educación está en el diálogo, está aquí mientras hablamos, mientras construimos como pares, mientras nos miramos a la cara y nos decimos “si” y “no”, nos peleamos y acordamos paz.

Y claro, cada uno de los movimientos sociales que estamos aquí discutiendo paz, ¡dialogando paz!; cada una de las personas que están aquí discutiendo y dialogando paz, tiene un proceso educativo distinto. Educativo no es tanto lo institucional, lo que aprendemos del colegio o la universidad, sino de cómo aprehendimos el vivir en nuestro entorno. Debemos reconocer que aunque los sujetos no posean un proceso de educación formal, no se puede desconocer su carácter cultural, carácter que los configura como agentes históricos, capaces de leer la realidad y de escribir su propia historia. Nuestro proceso educativo se trata de cómo aprendimos a relacionarnos con el otro y con nosotras mismas; cómo aprehendimos el diálogo, el compartir. El yo te doy, el tu me das, el nos damos y el si no hay nos lo inventamos.

Y es que la educación tiene que ver con lo que hacemos. ¿Está mejor educado el cuadro universitario que el líder campesino? Vamos pues que no hay mejores o peores, sino hay distintos. Bueno, voy a reconocer aquí frente a todos que si hay peores, y los peores son los que están mandando en este país, los violentos, esos son los peores. Pero quiero insistir en que no hay mejor educado, sino distinto educado, porque quisiera ver las mañas que se habría tenido que dar Uriel Gutiérrez para organizar una cosecha, o la fatiga que tendría Quintín Lame tratando de organizar una asamblea universitaria. Cada proceso tiene su propia educación. Lo importante aquí es para qué nos educamos. ¿Para hablar bien? ¿Para proponer bien? ¿Para concluir bien? ¿Para obrar bien? Bueno, quizá para todas. Pero es distinto lo que habla la líder indígena, y cómo obra, a cómo habla la líder feminista y cómo obra.

Decimos que la educación que recibimos en nuestros movimientos sociales forma sujetos, ¿y qué son los sujetos sino personas sujetas a su realidad? He ahí, que al dirigente político le corresponde una gran tarea política, y que una educación pensada para la libertad, forma sujetos para la libertad. De lo que se trata es que la educación de cada movimiento social, permita que se formen verdaderas prácticas de diálogo, de escucha y de diferencia; una educación con una evidente intencionalidad política transformadora. Quiere decir que estamos en el proceso de construir sujetos protagonistas del diálogo, de la escucha y de la diferencia. Protagonistas de las acciones colectivas y populares, en las cuales se empoderen de su realidad particular. Sujetos protagonistas de la solución política de los conflictos, de la solución dialogada, ¡protagonistas de su propia emancipación!

No aspiramos a que se acaben los conflictos, sino a que esas nuevas prácticas de esos sujetos-protagonistas puedan darle soluciones no violentas a los mismos, construyendo sociedad, a través de la confrontación de la palabra, de la argumentación y de la reflexión. Si la violencia es la herramienta del acaparamiento, entonces el diálogo será la herramienta de la solidaridad.

Nosotras, la Corporación para la investigación y la educación popular: EL COLECTIVO, somos promotoras de la educación de nuevos sujetos. Todos nosotros, cada movimiento social aquí reunido, lo es también. Lo somos porque formamos sujetos que participen de su cotidianidad, que sepan sortear obstáculos, como la violencia. Sujetos que le apuestan a la solución política y negociada al conflicto Social y armado, y a la paz con justicia social. Eso es educación del pueblo, con y para el pueblo; reivindicando la educación como gestora de una cultura política que haga parte de la vida cotidiana de todas las colombianas y colombianos.

Estamos seguros que la educación popular es una herramienta para reconocer el contexto propio, y la invitación es a transformar ese contexto, a que desde cada sujeto, empoderado de su cotidianidad a través del dialogo plantee sus alternativas y soluciones para construir un nuevo país. Creemos que no sirve de nada seguir reproduciendo esquemas de la educación tradicional en la cual los conocimientos se transmiten sin hacerse participes de su construcción.

Cada movimiento social aquí presente debe esforzarse en reconocer y fortalecer sus propios procesos educativos de tal manera que sea una herramienta de emancipación para sus integrantes y en esa medida se logre avanzar en la formación política y en la acción para la transformación. Es en este sentido en el que la educación toma un papel decisivo en la construcción de paz; es indispensable que sea cada sujeto en cada contexto propio quien reconstruya su entorno en el reconocimiento de la integridad del otro y la construcción como iguales.

Como Colectivo de investigación y Educación Popular proponemos realizar una reflexión al interior de los movimientos sociales acerca de nuestras prácticas y los invitamos a fortalecer sus procesos educativos y a compartir sus experiencias con todos los que quieran acceder a ellas. Para ello, dispondremos de una página web en la que se pueden socializar esas experiencias, esperamos que de allí podamos aprender sobre los cómos y los porqués de los procesos educativo en otras organizaciones y movimientos sociales.

Ese intercambio de experiencias daría espacio para que se realicen encuentros regionales y convocaremos a un encuentro de carácter nacional en donde de manera conjunta evaluemos las particularidades de los procesos educativos de los diferentes movimientos sociales, compartamos experiencias y construyamos agenda alrededor del fortalecimiento de los mismos, encaminados mancomunadamente a un objeto central: solucionar el conflicto social y armado que agobia nuestro país.

Seamos promotores pues del diálogo y avancemos hacia una Colombia nueva donde primen los valores de una sociedad justa y libre.

Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, los hombres se educan entre sí mediados por el mundo.

Paulo Freire

Corporación El Colectivo para la investigación y la educación popular.
Ponencia para el Encuentro Nacional e Internacional por el Acuerdo Humanitario y la Paz en Colombia, Cali Colombia, 14 de Noviembe de 2009.

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